Y pese a todo van cayendo las palabras
como los purpúreos restos de vino
de una copa tumbada
que se resiste a dejar de gotear.
Palabras asediadas por el silencio,
mendicantes y babosas
como viejas putas sin dientes
por las que ya nadie pagará.
Palabras perdidas para siempre
como el vino derramado
que nadie beberá.
Palabras que se escapan sin saberlo,
como ratas en fuga de un barco que se hunde,
en busca de un verso ajeno
en el que tal vez germinar.
Palabras que resisten la tormenta
aunque sepan que con la calma
llegará la soledad.
Palabras escritas en las paredes
por el último hombre vivo sobre la tierra
que sólo volverán a ser pronunciadas
cuando las cucarachas aprendan a leer.
como los purpúreos restos de vino
de una copa tumbada
que se resiste a dejar de gotear.
Palabras asediadas por el silencio,
mendicantes y babosas
como viejas putas sin dientes
por las que ya nadie pagará.
Palabras perdidas para siempre
como el vino derramado
que nadie beberá.
Palabras que se escapan sin saberlo,
como ratas en fuga de un barco que se hunde,
en busca de un verso ajeno
en el que tal vez germinar.
Palabras que resisten la tormenta
aunque sepan que con la calma
llegará la soledad.
Palabras escritas en las paredes
por el último hombre vivo sobre la tierra
que sólo volverán a ser pronunciadas
cuando las cucarachas aprendan a leer.
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